Diferencia entre actitud y comportamiento sostenible

Como Masones conocemos el asunto de como llevar nuestros valores fuera del templo a la vida profana. A veces, nuestros valores de L:. I:. F:. no son fáciles de defender y practicar en la vida cotidiana y en varias ocasiones nos quedamos muy solos.

Así, este conflicto entre valores, ideas o comportamiento deseado y vida real, es nuestro pan de cada día:

Es un poco como el comportamiento sostenible de cada uno: Sabemos que la situación actual por la crisis del Covid y la crisis económica-ecológica rigen un cambio drástico en muchos aspectos de nuestra vida. Puede ser el momento adecuado para realizar cambios en favor de la sostenibilidad, pero serán unos cambios que nos harán salir de nuestra zona de confort y esto es difícil para todo el mundo.

Alrededor del ejemplo de comportamiento sostenible, quiero analizar un poco los factores que influyen en nuestro comportamiento humano.

¿Como se puede motivar a una persona para que se comporte más sosteniblemente?

Todos entendemos la necesidad de cambiar nuestro comportamiento para asegurar nuestra propia sobrevivencia en este planeta y la de las generaciones próximas. Pero el ser humano suele ser vago y le cuesta cambiar sus costumbres, aún más cuando el cambio le lleva fuera de su zona de confort. 

El humano aprende, y está dispuesto a cambiar hábitos, en cuando puede ver directamente las consecuencias (positivas o negativas) de su comportamiento (feedback inmediato, Ellen Matthies ).

Pero las consecuencias de nuestro comportamiento ecológico se ven en el futuro (próximo), afectarán a las próximas generaciones, ya afectan ahora a otras regiones geográficas (gente en las islas pacificas – muy lejos) y utilizamos la excusa de que empiecen los demás primero.

Hasta ahora el estilo de vida de muchas personas en el occidente ha incrementado. Están acostumbrados al consumismo y se definen por sus posesiones. Sus exigencias han subido.

Por supuesto, existe una sensibilidad en la sociedad para comportarse sosteniblemente, pero muchas veces en el sentido de  a lo “guay”:

Los estereotipos son, por ejemplo: 

Bicicleta cara, 

Curso de Yoga en Bali, 

Con el SUV al supermercado Bio, 

Comida exótica (detox) de mercados globales que requiere transportes largos y perjudican los campos locales.

Consumo de fruta y verdura fuera de temporada todo el año en el super. 

Son las exigencias que pueden neutralizan el Good-will del comportamiento sostenible.

En referencia a la huella ambiental, un estudio en Alemania indica que la población con remuneración alta perjudica más el medio ambiente que la población con la remuneración baja. Parece banal, pero en la clase media/alta hay un porcentaje por encima del promedio de votantes de los Verdes, y así, hogares que invierten en mejora energética de sus casas, que tienen huerta, también pueden comprar productos caros de poco consumo, van en bici, etc.! 

Así, el “consumo” sostenible no salvará al mundo porque no necesariamente tiene efectos positivos, puede ser a revés y tener un efecto “rebound”: Se puede comprar un producto con menos consumo de recursos, pero por tener la consciencia tranquilla que se lo utilicé más. El efecto finalmente es nulo o incluso negativo.

Así, lo idóneo parece bajar el consumo. Pero como la mayoría de nuestra sociedad occidental se define por el consumo y el consumo contribuye a nuestro bienestar físico y emocional, resulta un paso complicado.  Para que se dé un cambio del comportamiento tiene que ser asociado con algo positivo. No solamente por la opinión pública o por el grupo socia.  Debería de llegar verdaderamente al individuo y reemplazar el consumo como fuente de satisfacción y placer.

El autor y científico Marcel Hunecke ha desarrollado un concepto de recursos psíquicos para mejorar el bienestar subjetivo que sirva como fuente de satisfacción inmaterial. Vaya, es interesante que se vuelvan a proponer en práctica valores humanistas para dar más sentido a la vida que al consumo, esto nos suena de algo.

Nuestra situación económica nos forzará a cambiar y buscar nuestra afirmación en otros valores que no sean el consumo. Ahí podemos ayudar nosotros como MM:. a nuestro entorno, abriendo horizontes y apoyando actividades y intereses socio-culturales.

Si queremos practicar una vida más sostenible, este cambio no debería ponernos pegas. “Sostenibilidad no debe doler al consumidor” . En este sentido ya entra el entorno social o comunitario y el económico:

Las estructuras de nuestro entorno (el desplazamiento al trabajo, el horario laboral, la disponibilidad de servicios y productos) complican todavía la realidad de una vida sostenible. Pero, poco a poco, iremos mejorando, pero con pasos pequeños.

La política y la economía pueden ayudar haciendo el comportamiento sostenible rentable para el individuo. El catálogo de ejemplos puede ser largo:

Entre las medidas positivas entrarían:

Facilitar la proliferación de mercados de alimentación locales, la venta del superávit de las huertas particulares en los mercadillos con poco IVA, regir y subvencionar las placas solares en cada tejado particular, los créditos para reformar edificios hacia una autosuficiencia energética, la posibilidad de vender superávit de electricidad en la red pública, y mucho más, hasta llegar a penalizar los productos y las producciones que perjudicaran el medio ambiente, repercutiendo esta carga medioambiental en las empresas productoras.

La adaptación hacia un comportamiento más sostenible se realizará en los límites de nuestro entorno, quien viva en el campo necesita coche, y si la casa es vieja, la climatización será complicada y precisará de cambios caros. Pero deberemos empezar por algo y continuar trabajando más.

Si queremos cambiar algo tenemos que hacerlo nosotros mismos:Mirando lo que estamos dispuestos a hacer. 

Pensando lo que podemos hacer por medios y recursos 

Pensando aquello que requiere contribución de terceros (comunidad de edificios, ¿compartir algo?).

Y también aquello que requiere nuestra contribución a terceros.

Cada persona es responsable de su comportamiento dentro de los límites de su vida y de su entorno. Pero el tema es demasiado complejo para uno solo y por eso dirigimos nuestra mirada a la política.

Aunque a la vez, no podemos esperar mucho input de los políticos. Están encerrados en un sistema muy complejo. Encima, por cualquier decisión, o paso incomodo que den, pagan ellos directamente perdiendo a los votantes. Será una utopía bonita votarles, enviarles a los parlamentos y a los gobiernos con la misión del “Yes you can”, y así, poner en práctica los cambios drásticos que la mayoría de sus votantes deseamos. 

Como dijo un Hno:. debemos imaginaros el mundo diferente y empezar el camino hacia el ideal. Es el momento de reflexionar un poco que cambios estamos dispuestos a realizar y cuales somos capaces de hacer.

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